Uno de los primeros indicios y alertas que se esperan por falta de mantenimiento son los malos olores que se despiden en los drenajes o en cualquier entrada directa de residuos de nuestro hogar, negocio u oficina, tales como la cifa de la regadera, lavabo, la cocina o el área de lavandería
Otra consecuencia y señal del requerimiento de mantenimiento es el burbujeo en las cifas posterior al lavar los platos, utilizar el inodoro, al terminar de usar la regadera, la lenta fluidez del agua y, la mayor de todas, la falta de fluidez total, en donde los residuos no encuentran salida.
Lo anterior sucede debido a que el sistema séptico se encuentra en un estado límite, en donde los residuos han superado el nivel adecuado para su correcto funcionamiento y el tiempo de absorción de los residuos líquidos es más prolongado, lo que no permite hacer un uso más continuo del mismo.